La comunicación con los hijos depende mucho de cómo sea la comunicación en la familia y también cómo fue en la familia de origen del padre y de la madre.
Porque para fomentar una comunicación positiva los padres tenemos que observarnos como nos comunicamos, entre nosotros y con los hijos. Una vez más se hace latente lo importante que es la imitación y la repetición pero en el tema de la comunicación, si cabe, aún más.
Una persona en contacto con otra cuando pasa mucho tiempo con ella acaba asemejando el tono de voz, la entonación, utiliza las mismas palabras y expresiones e incluso gestos. Imagínate un niño que su modelo es su entorno cercano, padre y madre generalmente. La forma que se tenga en la familia es determinante para que expresen de una forma u otra.
Aquí además son importante las proyecciones verbalizadas que se hacen de unos miembros sobre otros, es igual al padre o a la madre y, de forma inconsciente, acabará imitándole en todo hasta en la forma de comunicarse.
Muchos padres vienen a consulta con sus hijos porque son callados y no hablan, les da miedo porque no sepan defenderse otros, o porque ya han tenido problemas en este sentido. En otros casos es lo contrario hablan mucho de forma agresiva o con mucha autoridad y eso les ha llevado a tener problemas. En la primera entrevista, generalmente, el padre o la madre ya muestran uno u otro modelo de comunicación. Les decimos haz esto pero yo hago lo contrario, lo que decimos del doble mensaje que genera mucha confusión.
¿Cómo se comunican tus hijos?
Por eso, una vez que decidimos ser padres o ahora que lo somos es imprescindible hacer una mirada a la forma de comunicarse por los siguientes motivos:
1.- Los niños aprenden por imitación.
2.- A partir de la primera infancia, tres años, comienzan a comunicarse según lo hace el entorno integrando una forma u otra.
- Ser mental, si el niño es más callado y tímido y el dependiendo del entorno hablará más o menos.
- Si es más emocional, el niño o la niña habla más de lo que le pasa, de sus cosas pero también dependerá de si el entorno le acompaña o no.
- Si es más impulsivo/a, su comunicación será más agresiva lo cual puede aumentar o disminuir, también, dependiendo del entorno.
3.- La confianza en la comunicación se consigue día tras día desde la cercanía y el contacto. Los niños se expresan mucho dentro de su ambiente de juego, hablar con ellos e interactuar en este ambiente siempre será positivo para generar hábitos de comunicación entre vosotros.
4.- Las preguntas no les gusta a los niños, comparte, qué te cuente en ambientes disentidos, crea espacios para ello.
5.- Si escucha a los adultos compartir sus cosas del día, cómo se sienten y tener ganas de interactuar con la comunicación ellos también lo harán.
6.- Es importante la televisión e imágenes de vídeos que ven, no es nada conveniente donde hay una comunicación violenta o con falta de respeto, de inmediato se retira porque esa forma no la queréis.
7.- Los niños, al igual que los adultos, necesitan ser escuchados. No es dar lecciones es que ellos se expresen, eso les da seguridad y les ayuda a colocar emocionalmente lo que le pasa. También es importante que valoren escuchar a los demás, comparte cosas con los hijos y demuéstrales que su escucha es importante, que note que tienes ganas de contárselo.
8.- Cuando un niño te cuenta algo no lo juzgues, cuidado con el miedo. Escúchalo y después en otro momento le puedes dar el consejo, nunca utilices lo que te cuenta para manipular una situación que te interese, eso alejará la comunicación entre vosotros.
9.- Cuidado con las expectativas en la comunicación, comienza por encontrar en ti la forma de comunicarte que te hace sentir bien y elimina los hábitos en la comunicación que te generan malestar o distancia con los demás.
10.- No olvides que en la infancia ponemos los pilares de su forma de pensar, sentir y actuar y de que los/as niños/as atiendan sus necesidades respetando la de los demás. La voz es el medio de lograrlo dentro de casa primero y en el mundo después y nosotros, padres, madres y educadores tenemos una labor imprescindible en ello.