Las emociones forman parte de nuestra vida desde el momento que nacemos pero, ¿por qué no nos enseñan a identificarlas y gestionarlas si tan importantes son para el bienestar y el equilibrio de todas las personas?
El mundo emocional parece ser en la mayor parte de las ocasiones un mundo desconocido, lo que hace que al final se convierta en algo difícil de gestionar aún teniendo una gran importancia y un gran papel en nuestra vida.
En este punto, padres, madres y educadores tenemos una importante doble labor: aprender nosotr@s mism@s para poderles ayudar a reconocer sus emociones y gestionarlas.
¿Qué son las emociones?
Las emociones son reacciones que experimentamos como personas como resultado a cosas que suceden en nuestra vida. El resultado es que nos impulsa a que nos sintamos de una determinada manera y a que actuemos en consecución a cómo nos estamos sintiendo.
Cuando hablamos de emociones pueden ser positivas, negativas o neutras en función de las sensaciones que nos están generando las situaciones o experiencias que estamos viviendo. Existen diverso tipos de emociones y no todas las personas sienten las mismas emociones ante las mismas experiencias.
A lo largo de nuestra evolución, las emociones que sentimos son más fáciles de reconocer si prestamos la suficiente atención. Es necesario a lo largo de nuestro desarrollo ir desarrollando la capacidad de reconocer las emociones propias, clasificarlas según su tipología y saber gestionarlas de manera adecuada.
Una emoción no causa dolor. La resistencia o supresión de una emoción causa dolor (Frederick Dodson)
Tipos de reacciones ante una emoción
¿Cómo reaccionamos ante una emoción?. Este es otro de los asuntos importantes. No solo es importante reconocer qué tipo de emoción generamos ante cada una de las experiencias que vivimos sino qué reacción nos provoca y a qué nivel.
Reacciones de tipo fisiológico
Son emociones que se expresan en el físico: ya sea a nivel nervioso, en el rostro, en el cuerpo, etc.
Reacciones de tipo psicológica
Cuando una situación o experiencia se genera, nos produce una emoción que hace que interpretemos lo sucedido de una manera u otra dependiendo de nuestros patrones, creencias, experiencias y en general, de nuestra predisposición. En función a ello, actuaremos de una manera determinada y nos sentiremos de una forma concreta.
Reacciones de tipo conductual
Nos referimos a las acciones con las que reaccionamos ante una emoción determinada. Un acción enérgica, impulsiva, pausada y una expresión facial correspondiente a lo que estamos sintiendo.
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La importancia de ayudar a un niño/a a reconocer sus emociones.
Conocernos a nosotros/as mism@ y ayudarles a que ellos/as desarrollen esa misma capacidad de conocerse es una acción muy importante para su crecimiento, bienestar y equilibrio emocional.
Desde su nacimiento, los niñ@s van a comenzar a experimentar sus propias emociones y el niño crecerá, y lo hará rodeándose de adultos de los que va a aprender por imitación. Con lo cual, cada pequeño/a se va a contagiar de cómo vive la gestión emocional de los adultos que le rodean.
Por eso es tan importante que quienes actuamos como referentes en el hogar y en la escuela, tengamos una correcta formación y gestión emocional. El punto de partida es saber identificar nuestras propias emociones para poder transmitirles a ellos/as ese conocimiento.
¿Cómo ayudar a los niños a reconocer sus emociones?
Como decíamos anteriormente, el reconocimiento de nuestras propias emociones es una habilidad que se entrena y que es idóneo aprender desde la fase de la infancia a reconocer que emociones vivimos en nuestro día a día y como gestionarlas de manera correcta.
Veamos formas en las que podemos ayudar a los niños y niñas a reconocerlas.
- Hablar sobre los distintos tipos de emociones: Alegría, tristeza, rabia, enfado, miedo…El hablar con naturalidad sobre las emociones en el día a día permite que los más pequeños/as le den la normalidad que aún en muchas familias no existe.
- Poner ejemplos para que identifiquen sus emociones a través de las propias experiencias que viven en su día a día.
- El uso de libros infantiles especializados en la explicación y la identificación de emociones, películas y vídeos de gestión emocional.
- Ayudarles a expresar con palabras lo que sienten. Y a identificar en su cuerpo donde sienten esa emoción que les genera una determinada situación o experiencia.
- No cortar la emoción. Permitirles que la vivan, la sientan y luego hablarlo con ellos/as.
Estos son algunos de los ejemplos que podemos comenzar a poner en práctica con los más pequeños/as de la casa. Comenzar este proceso desde bien pequeños/as les va a permitir normalizar la gestión emocional e ir creciendo con determinados conceptos que son importantes que entiendan e identifiquen.
Conclusiones
La madurez emocional y la capacidad de gestión emocional se adquiere a lo largo de la experiencia. Enseñarles que la vida no sólo es felicidad, sino que existen y conviven un número diverso de emociones, y que no hay emociones mejores ni peores es primordial. Las emociones pueden llegar a ser difíciles de detectar e incluso más difíciles de controlar cuando cogen el mando pero ayudarles a detectar cuál es el verdadero motivo por el que sienten de una forma determinada y reaccionan de una manera concreta ante esa emoción les ayudará a aprender, crecer y evolucionar en su propio mundo de emociones.
Esther Ponce Blázquez
Psicóloga Educativa y Arteterapeuta Humanista Gestalt, con formación en Pedagogía Montessori y Educación Social. Apasionada del arte y el color.
