El cansancio es algo que no sólo puede estar presente a nivel físico, sino que también puedes notarlo a nivel emocional. Aunque he de decir que de este tipo de cansancio nos hacemos menos conscientes.
Si quieres leer más sobre el agotamiento emocional te recomiendo este otro post:
Qué es y cómo gestionar el agotamiento emocional
¿Qué ocurre cuando el cansancio se alarga?
Todos en algún momento hemos vivido un día de cansancio tras una larga jornada. Descansamos, reponemos y volvemos al día a día. Pero como te decía, ¿qué ocurre cuando este cansancio se alarga?
En muchas ocasiones ni siquiera se es consciente de que este cansancio lleva tiempo en ti. Pero las consecuencias de ello son fatales, y no solo para tu salud, que lo es, sino además para el desarrollo de tu día a día y de cómo te relaciones con los demás y especialmente con tu familia.
Al cansancio le acompañan algunos de los siguientes síntomas:
- Cansancio propiamente dicho
- Irritabilidad
- Desgana
- Apatía
- Nerviosismo
- Dolores de cabeza
- Dispersión mental.
Ante este panorama, la discusiones en el ámbito familiar, las riñas con los más pequeños/as de la casa y con los adolescentes suele aflorar más aún.
¿Cómo nos afecta el cansancio con los hijos/as?
El cansancio se hace presente, y todos los síntomas anteriormente citados. Ante este panorama como te decía anteriormente, las relaciones con los hijos/as se empobrecen hasta el punto, que para los padres/madres lo más sencillo es que se entretengan con algún videojuego o televisión y nos dejen “descansar” o “tranquilos”.
Esto lleva a una falta de atención emocional y presencia. Sí de presencia, porque estar en casa pero estar ausentes no es estar presentes y darles el acompañamiento, la atención y el amor que necesitan.
¿Por qué cada día parece que tienes menos paciencia hacia tus niños?
¿Por qué tiendes a explotar rápidamente? Muy sencillo, porque no nos cuidamos, no existe el autocuidado parental y la mayor parte de los padres y madres acaban agotados.
Aquí tienes un post relacionado para ayudarte en cómo puedes comenzar con tu autocuidado.
Autocuidado para padres y madres: cuídate bien y cuidarás mejor.
¿Qué puedes hacer ahora que ya sabes que no es positivo tu cansancio ni para ti ni para tus hijos/as?
El error radica en los adultos y necesitan hacer cambios para no cometer errores en la crianza de los hijos/as.
La conexión de los hijos con los padres y madres es necesario, y necesitas equilibrio y calma para brindarselo a tus hijos y establecer una buena conexión emocional con los hijos e hijas y que se desarrolle una buena comunicación y unas relaciones sanas.
¿Qué puedes hacer cada día para mejorar esta situación o evitarla?
- Dedicar un tiempo diario para realizar actividades de su agrado
- Dedicar tiempo como pareja también para que los padres sigan conectados
- Repartir las actividades con los hijos entre los padres y madres, tanto por separado como de manera conjunta.
- Diálogo con los hijos cada día sobre cómo ha sido el día de cada uno y reforzar el vínculo con los hijos/as.
- Dedicar tiempo a su propio autocuidado como padres y madres para luego poder dedicarse a las actividades de responsabilidad que tienen que llevar a cabo.
Si aún no has llegado al cansancio emocional o físico puedes evitarlo prestando atención a tu bienestar y equilibrio físico, emocional y psicológico por ti y por tus hijos/as