Comencemos por algo que me parece fundamental pero que aún en muchas ocasiones, muchos padres y madres no son conscientes de lo que significa:
¿Qué es el autocuidado?
El “autocuidado” se puede definir como la actitud y aptitud para realizar de forma voluntaria y sistemática actividades dirigidas a conservar la salud y prevenir enfermedades, actividades que nos permitan vivir en equilibrio físico, mental, y emocional que no nos hagan enfermar.
Todo lo que es olvidarnos en el camino, no atendernos y cubrir nuestras necesidades, será no cuidarnos a nosotros/as mismos/as.
Pero ten algo en cuenta muy importante: Si te das cuenta, he hablado de cuidarte a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Porque el equilibrio entre todas tus partes y el no dejar ninguna atrás, será lo que te permita verdaderamente estar bien y entonces sí, estaremos hablando de AUTOCUIDADO.
Si quieres que tu hijo/a esté bien, primero tienes que estar tú bien.

¿Por qué no cuesta tanto darnos el autocuidado que necesitamos?
Está claro que no todas las personas esconden las mismas causas tras una falta de autocuidado. Pero voy ha hablaros a continuación de las más comunes que puedo visualizar en los papás y mamás que trabajan en consultas conmigo.
- Son muchos papás y mamás los que están tan inmersos en las responsabilidades diarias que no son ni siquiera conscientes de que no le están dando importancia y prioridad a lo verdaderamente importante: su salud física, emocional, y mental.
- Las mamás sobre todo tienden a seguir patrones y creencias heredadas. Son y somos las cuidadoras por excelencia de los hijos, la familia y todo lo demás por delante de nosotras mismas. Y aún hoy día, es una creencia muy arraigada que hay que ir desterrando poco a poco para dar paso a seguir cuidado si así lo deseamos, sin dejarnos atrás. Siendo una prioridad, porque desde nuestro autocuidado, podremos cuidar más y mejor a quiénes amamos. Como siempre digo, si así lo has decidido.
- Falta de maduración, y eso hace que deleguemos en los demás nuestro propio cuidado y no hayamos asumido nuestra responsabilidad con nosotros mismos/as.
Pero ¿por qué realmente estamos haciéndolo de esta forma o lo hemos hecho hasta ahora?
Al fin y al cabo, es lo que hemos visto a lo largo de nuestra vida. No nos olvidemos que aprendemos viendo a nuestros progenitores, a nuestra sociedad. Y ahora como progenitores, necesitamos deshacernos de todas estas creencias y formas heredadas que tan solo nos han hecho sentirnos mal sin saber por qué.
Tenemos que ser conscientes que si queremos que nuestros/as hijos/as se cuiden y no se dejen en el camino, nosotr@s somos el espejo en el que ellos/as se miran cada día.
SUSCRÍBETE AL CANAL DE YOUTUBE Y NO TE PIERDAS NINGÚN VÍDEO
Otros post de interés:
La importancia de tu transformación personal para una crianza y educación consciente
Lo veo, pero ¿qué hago ahora para comenzar a cuidarme?
El primer paso quizás seria el más esencial de todos, pero en muchas ocasiones llevamos tanto tiempo sin darnos ese tiempo de autocuidado que hasta cuesta saber y responder a la cuestión de ¿qué necesito para mi en este momento, para sentirme bien ahora?
- Obsérvate y identifica a nivel mental, emocional y físico qué necesitas.
- Date tiempo, aunque sean unos minutos cada día para darte tus cuidados.
- Puedes comenzar por tener una buena alimentación, saludable y equilibrada en función de tus necesidades físicas.
- Dormir lo suficiente. La falta de sueño nos afecta a cómo nos sentimos.
- Cuida tu respiración, tus pensamientos y tus emociones. Es importante tener la mente en calma y evitar un discurso mental negativo.
- Haz ejercicio. No tiene que ser un ejercicio de élite, algo de ejercicio moderado verás como te nutre.
- Y quiérete mucho…una buena autoestima es fundamental.
Parece sencillo decir es necesario que los padres ejerzan su propio autocuidado, pero hacerlo de verdad verás que hará que cambie la perspectiva de lo que significa el cuidado de tus hijos y de cómo te sientes llevando todo ello: cuidado de los niños, familia, trabajo…etc. Si tú no estás bien, no podrás ocuparte del resto.
Nuestros hijos e hijas necesitan presencia de sus padres y madres, pero de nada sirve una presencia si sus padres o madres realmente no están presentes porque no están bien, no se encuentran en equilibrio y están inmersos en el cansancio, las preocupaciones, los agobios, el estrés, etc. Para ello, debemos tener tiempo para nosotros y nosotras. ¿Cómo vamos a poder ofrecer amor, cariño, cuidado y atención plena si no nos cuidamos a nosotros mismos como debemos?
Esther Ponce Blázquez